jueves, 20 de octubre de 2016

EXPRESIÓN EMOCIONAL DEL CUERPO




EXPRESIÓN EMOCIONAL DEL CUERPO

Catarsis o integración.-

El impulso agresivo tiene mala prensa.
Raras son las terapias que trabajan con la expresión emocional del cuerpo y sobre todo con la expresión de la agresividad.

Las  que  lo  hacen, al  no  tener en cuenta  los  bloqueos  corporales, al  no  tener  en  cuenta  como  las  vías  de  expresión están  cerradas  físicamente en  las  cadenas  de  contracción  crónica, empujan  habitualmente  a  las  personas hacia  la  catarsis y  la  elaboración  intelectual.
En muchas terapias la catarsis es buscada como un fin, como una liberación emocional, tomando como un mal menor sus efectos colaterales.

Sin embargo la catarsis conlleva siempre un alto grado de tensión, una contracción extrema de  toda  la  cadena  posterior y  del  diafragma.  Todo  ello  fácilmente  detectable  por  un/a  diafrista por el aumento de la lordosis lumbar o interescapular, por la extrema contracción de los escalenos y por lo tanto del diafragma, implicando casi siempre una hiperventilación. Por lo tanto, esta “liberación emocional”  aparece  como consecuencia de una gran presión  y no como resultado de un trabajo de apertura.

La catarsis suele aparecer al provocar, en terapia, una situación máxima de estrés. Se busca de esta forma, desbordar los mecanismos de defensa. Se  provoca  una  situación  de  estrés, la barrera defensiva es desbordada y la emoción irrumpe al exterior.

Pero, previo a este desbordamiento, existe el riesgo de que aparezca, y sucede a menudo, como última defensa posible ante una emoción que la persona no puede asumir ni integrar, otro tipo de defensa: la disociación.

Como respuesta a la presión terapéutica la persona, aparentemente, expresa entonces una intensa emoción; pero está ausente de su cuerpo e incluso desubicada en el espacio.

Esta disociación, que para much@s es momentánea, para otr@s puede ser peligrosamente duradera. Este peligro será más o menos grave según sea la estructuración del Yo de la persona. Según sea su capacidad de estructuración interna, la  precariedad de  organización de  sus  mecanismos  defensivos y  su  posibilidad de reestructuración de las defensas. Algo  que  no  suele  tenerse  en  cuenta.

Puesto  que  la  catarsis  es  una  proyección  hacia   afuera  de  la  tensión emocional, sin  integración, le  sigue,  en  consecuencia,  una  gran  dificultad para  integrar el  sentimiento y  la  vivencia que  ha  aparecido. La elaboración verbal “a posteriori” no es suficiente. Porque la  gran tensión  corporal y  al  aumento de  todos  los  bloqueos  corporales que  implica  la  catarsis son  provocados  por  el  sistema  defensivo y, por  lo  tanto, los  circuitos  de  la  información que  provienen  de  los  sentidos y  de la memoria  corporal, han  permanecido  cerrados.

Otra vez la elaboración se hará desde el intelecto, desconectada del flujo de la información corporal. Y los circuitos de estrés crónico, impresos en el sistema nervioso, continuarán activos fijados por la tensión muscular.

Además,  debido a la sensación de descontrol que provoca y  a  la  vivencia del  fallo del  sistema de defensa, la catarsis, la mayor parte de las veces, no hace más que aumentar el miedo, y, en muchos casos, provoca confusión. Y, la reacción puede  ser, en  consecuencia, un reforzamiento del sistema  de  defensa que es justamente lo opuesto a lo buscado.

Hay  mucha  diferencia  entre  provocar una  situación de  estrés  para  inducir  una  descarga  emocional, o el  descubrimiento, después  de estirar, abrir y  liberar  un  bloqueo, de  la  emoción que  estaba  retenida  en  él y  su  expresión sin  cerrar de  nuevo  todo  el  sistema de  defensa.
En  este  caso la  vivencia emocional queda  integrada y  se  abre una  nueva  salida  posible a  este  circuito de  estés  crónico. Una  nueva salida  a las inhibiciones establecidas y que con la repetición irá abriendo  nuevas vías de expresión que estarán cada vez más presentes en la vida cotidiana.

Así pues, al aparecer la catarsis, la tensión que realmente se descarga corresponde en  gran  parte a la  carga acumulada en la situación de  estrés inducida  mediante la presión del/de la terapeuta o el grupo. Posiblemente, esta  descarga arrastre también  tensiones  anteriores correspondientes a alguna situación que provocó  parecidos  sentimientos. Sin  embargo hay  pocas  posibilidades que  el  trabajo de  integración corporal se  realice en  estas  condiciones y, con  frecuencia, quedan  grandes  tensiones  musculares  residuales.

Vemos aparecer, muchas  veces, en las sesiones de Diafreo, personas con  contracturas de la cadena posterior, lumbago, tortícolis etc... a raíz de algún seminario donde se trabaja de esta forma la descarga emocional.

Visto desde la óptica mezierista y desde el estudio de la organización del sistema nervioso en las  tensiones crónicas, estos métodos provocan  más  bien desestructuración interna y  aumentan o  trasladan  el  bloqueo.

La expresión emocional del cuerpo en Diafreo.-
El punto desde el que propongo el trabajo con la expresión emocional del cuerpo o descarga, es diametralmente opuesto.

Creo firmemente y la experiencia así lo demuestra, que si no hay una apertura hacia la aceptación y la expresión de los sentimientos reprimidos, habrá siempre una parte del ser, en conflicto consigo misma,  o bien amplias zonas de conciencia desconectadas de la percepción; con toda la problemática que ello origina en la aprehensión de la realidad y en la expresión y, también,  su  posterior  cristalización en  patologías  diversas.
Sin embargo la conexión y la  canalización  hacia  la  expresión de  estos sentimientos no puede hacerse de cualquier manera, ni a la ligera.

En Diafreo la propuesta de expresión se hace como consecuencia de la apertura de algún bloqueo o la relajación de alguna contracción profunda. Por lo tanto no puede jamás proponerse o mantenerse desde la tensión. Es en encadenamiento a la abertura de un bloqueo, que buscamos la expresión del sentimiento que estaba encerrado en él.
Si  el  estrés  y  la  tensión  aparecen durante el  movimiento de  expresión espontáneo  o  propuesto, hay  que  impedir su  aparición; y  si  no  es  posible, parar  el  proceso.

Si  en  el  curso  de  un  movimiento  de  expresión emocional  del  cuerpo surge  la  tensión, desde  los  conocimientos que  nos  da la  Diafreo ésta  puede  detectarse fácilmente:
Veremos:
-aumentar  o  reproducirse la  lordosis,
-hundirse  de  nuevo  alguna  vértebra,
-cerrarse  los  pliegues  anteriores;
-o bien aumentará la  tensión de  la  cadena lateral manifestándose  sobre  
 todo en  la  contracción  de  las  nalgas,  el  ano y  en  los  escalenos.
-La  caja  torácica  se  bloqueará
-o  bien  aparecerá  una  hiperventilación que  se  apreciará en  el   
 movimiento  de  las  primeras  costillas.
-La  voz  cambiará  y  quizás  se  vuelva  gutural.

Si la emoción se expresa, ha de ser desde la abertura de los canales. No puede haber aceptación si hay conflicto interno. Si  se  produce el  cierre  de las vías de información es  que, en el mismo momento de la expresión, hay activación de la defensa contra lo mismo que se está expresando. No tiene sentido continuar. Hay que parar  e intentar comprender  lo que está ocurriendo.

La integración.-
La catarsis, contrariamente a  lo  que  muchas  veces  se  cree, es un último mecanismo de defensa. Encontramos  más  resistencias en aceptar sentir, vivir y expresar sin bloqueo, una emoción, que expulsar catárticamente hacia el exterior la tensión que provoca.

No estamos organizados para ello y, aunque  la experiencia resulta mucho más constructiva y  estructurante, en un primer momento, la persona  se  enfrenta a un modo de hacer  desconocido y para el cual su sistema corporal no está regulado. Para ello se  necesita el espejo y la ayuda del/de la terapeuta.

No  obstante, es solamente desde la aceptación, la vivencia sin parcelación, por lo tanto sin tensión, que  la expresión emocional del cuerpo se vuelve integradora y estructurante del yo.

Pues, si en las catarsis por estrés las personas quedan muchas veces con  una sensación de irrealidad, sin estar seguras de haber conectado con un sentimiento real y profundo, incluso temiendo haberlo provocado o  inventado, esto no sucede nunca si la expresión emocional  se produce desde la abertura y la integración.

Para ello hay que abrir las vías mediante el trabajo corporal, aceptar sin juicio el sentimiento que aparece y buscar la expresión desde esta aceptación. Hay que atravesar, también, el viejo círculo vicioso conocido que llevaría de nuevo al bloqueo o a la división. Y  una base insustituible es que se haya creado un espacio terapéutico suficientemente bueno: en el que la persona se sienta en confianza y con libertad para expresar o no, para poder explorar sus bloqueos y que no se sienta ni  juzgada ni presionada por la necesidad de satisfacer al/a la terapeuta.

Cuando desde  el  trabajo  corporal aparecen informaciones, memorias,  emociones, apoyamos  a  la  persona  para que pueda  continuar  abriendo, canalizando  respiración  y  conciencia, habitando la  zona, intentando  no  recuperar  la  tensión. Entonces la  elaboración   aparecerá  por  sí  misma. 
La  función  del/de la terapeuta  será  de  escucha, de  apoyo, de   empatía. No  de  interpretación.
Pues la  interpretación sería el  significado que nosotr@s damos    respecto  a  lo  que  hemos  visto, a lo que  ha  pasado. Y lo  importante  es  lo  que  siente, lo  que  piensa  la  persona. Su  vivencia.

A  lo  sumo el/la terapeuta utilizará  la  función  de  espejo  o, algunas  preguntas que  sirvan  solamente  de cauce  para  ayudar  a la  persona  a  encontrar su propia  expresión. Su  función  será  sobretodo de  observación, de apoyo,  para  que  la  persona  pueda  aceptar  las  informaciones  que  surjan  sin  tensar  de  nuevo.

Si  de  nuevo  se  cerraran  las vías  corporales, los  circuitos  de  nuevo se  aislarían. Ésta  será  muy  probablemente la  primera  tendencia. El  cuerpo tiende  a  conservar  los  mecanismos  que  en  su  día  le  fueron  útiles.
Que  tiene  integrados  como  mecanismos  de  supervivencia emocional  o  física.

Ahí debe  estar el/la  terapeuta  para  sostener esta  apertura. Es  tan  automático  que  surja  el  aprendizaje  de  control de  toda  la  vida para intentar dominar las  emociones cuando  surgen, que el  primer  instinto será  cerrar  y  bloquear;  algunas  veces  conscientemente  y  otras muchas,  inconscientemente.

En  Diafreo  buscamos la “integración”. Integrar es  poder  vivir y asumir  la  emoción, la memoria, la  sensación  corporal que  está  apareciendo. Sin cerrar de  nuevo  las  vías   que  se  acaban  de  abrir.

Poder  dejar  surgir  sin  cerrar no  es  automático. Es en este  momento  que  el/la  terapeuta  observa. Observamos las  tensiones  que  empiezan  a  aparecer  de  nuevo, habitualmente  en  el  cuello, en  el  diafragma,  en  los  paravertebrales que  se  contraen, la  respiración  que  se  va  llevando  hacia  arriba…

Proponemos  integrar  lo  que  está  sintiendo, en  todo  el  cuerpo y,  o, proponemos  un  movimiento  de  expresión. Mediante  los  movimientos  de  expresión  emocional  del  cuerpo estaremos facilitando una  nueva  respuesta  al  circuito  habitual automatizado  de  inhibición.

Circuitos de  Estrés  Crónico.- (Ver “La  memoria  corporal”  de  Luz Casasnovas)
El  estrés  se  manifiesta  en  un  torrente  de  neurotransmisores que  se  ponen  en  marcha  para  activar  un  sistema  de  respuesta, una  respuesta  eficaz que  libere  la  tensión, que  resuelva  el  estrés.
Sin  embargo, muchas  veces, en  vez  de  la  respuesta  liberadora, aparece automáticamente, a pesar  del  deseo, la  inhibición. Y  no  hay  respuesta.

Aprendemos  desde  la  infancia, en  mayor  o  menor  grado, según  las  exigencias, la  inhibición. Se  van  estableciendo a  lo  largo  de  la  vida   estos  circuitos de  estrés  sin  resolver  que  quedan latentes. Y  memorizados. A  tal  tipo  de  estrés, tal  respuesta.

Más  adelante, al  encontrarnos  en  la  vida  con  una  circunstancia  que  se  parezca, que  tenga  alguna  relación  con  el  estrés  crónico  aprendido, se  despertará  el  circuito  latente y aparecerá  la  respuesta  memorizada: inhibición. Muchas  veces  a pesar  de  nuestra  decisión  de  actuar, de  expresarnos de  forma  distinta.

Todos  estos  circuitos  se  mantienen  activos  gracias  a  tensiones  profundas tanto  del  sistema  muscular esquelético  como  del  sistema  visceral. Zonas  de  tensión  crónica  en  nuestro  cuerpo  que  mantienen estos  circuitos.
Cuando desde  la  Diafreo   logramos  soltar  las  tensiones  que  mantienen  estos  circuitos cerrados, es el  momento  de  proponer   un  movimiento  de  expresión para  dar una  nueva  salida, una  nueva  posibilidad  de  respuesta  al  circuito  cerrado. Expresión  que  repetida  una  y  otra vez estará  cada  vez  más accesible en  nuestra  vida  cotidiana.
Para  esto  sirven los  movimientos  de  expresión  emocional  del  cuerpo. No  es  para  que  nos  volvamos  más  agresivos, bien  al  contrario.

A  medida  que  podamos  dar  una  salida, una  canalización a las  tensiones  acumuladas, vaciando  poco  a  poco  el  saco, cada vez nuestras  respuestas  serán  más  ajustadas  a  la  situación actual.
Nos  volvemos  cada  vez  más  asertivos.
Asertividad: (según  La  enciclopedia  de  la  salud.com.) 
Habilidad personal de comportamiento que nos permite expresar opiniones, pensamientos y sentimientos de forma adecuada y en el momento oportuno, sin faltar ni negar los derechos de las otras personas.

Esta habilidad implica: 
1) saber expresar sentimientos y deseos, ya sean positivos o negativos, de una forma eficaz, sin sentir vergüenza y sin desconsiderar los derechos del otro; 2) saber defenderse sin agresión ni pasividad, delante las conductas inapropiadas y poco cooperadoras de los otros.
Son  estos  circuitos  de  inhibición  que, muchas  veces   nos  impiden  ser  asertivos, bien  sea  por  miedo a la  agresividad  del  otro  o  de  la  nuestra  propia.

Impulso agresivo: inhibido, canalizado o  reprimido.    
El funcionamiento de nuestra sociedad está basado en la inhibición de la instinto agresivo en el/la niñ@.

En el sentido amplio de la palabra, la pulsión agresiva se refiere a la posibilidad de acción e interacción con el exterior. El impulso agresivo engloba también el instinto de supervivencia, la acción, el deseo y la autoestima. Por lo tanto su inhibición  dirigida al control de la agresividad provocará dificultades en todos o muchos de sus significados.

Esta inhibición está  basada en la pedagogía negra. Concepto pedagógico que parte de la base de la maldad intrínseca del ser humano y de la necesidad de reprimirlo mediante la  educación. Aunque este concepto pueda parecer  superado en  nuestra sociedad moderna  sigue latente en la mayoría de métodos educativos. (Alice Miller: “Es por tu bien”)

Al contrario de lo que pudiera parecer, el impulso  agresivo  negado o reprimido no desaparece, sino que es canalizado, controlado o somatizado hacia  manifestaciones permitidas por  el  entorno. Manifestaciones  que  muchas  veces   acabarán  siendo  negativas  para  la  persona y  su  relación  con los  demás. O  bien  será reprimido, generando una  tensión  profunda que quizás  se  manifestará en  un  malestar  emocional  o  en  una  patología.
El  trabajo  con  la  expresión  emocional  del  cuerpo  es  importante, prácticamente,  para   todas  las  personas. Tanto si  su tendencia  es   a  expresar  de  forma impulsiva  como  a  inhibir  su  expresión.

Principales  tendencias.
Es  interesante  conocer las  diferentes tendencias, básicamente, para  proponer  en  forma  adecuada  la  expresión  emocional  del  cuerpo.
A grandes  rasgos podemos  encontrarnos  con:

­­­­­­­­­­PERSONAS  QUE  APARENTEMENTE  CANALIZAN  FÁCILMENTE SU  AGRESIVIDAD, AUNQUE  DE  FORMA  SUTIL  Y  MÁS  BIEN  VERBAL.
Detrás de las personas manipuladoras y de poder, con frecuencia encontramos infancias en la que no se  conoció otra relación: la relación perversa del acoso, del chantaje emocional y del poder y la manipulación. Este tipo de relación implica el/la que está abajo y el/la que está arriba. El/la que  controla y el/la que es controlad@. El/la que  gana o el/la que pierde. No hay expectativas de igualdad ni de respeto.
En esta situación el  propósito que se genera, es muchas veces el ardiente deseo de llegar a ser algún día, el/la que controla, el/la que está arriba; sea al precio que sea.
Y este precio suele ser la desconexión de los sentimientos. Así se evita la vivencia de la humillación y del dolor que la negación del ser provoca.
Cerrando el corazón el/la niñ@ se defiende para no sufrir más. La respuesta directa y espontánea de defensa ha  sido inhibida mediante la humillación, la creación de confusión y, o, la violencia física o psíquica. Sin  embargo el  resentimiento, la  rabia no  desparecerán  sino  que  serán  reconducidos  hacia comportamientos  más  sutiles.
Si un día esta persona quiere recuperar su  capacidad de sentir, tendrá que pasar inevitablemente por recuperar una conexión directa con el instinto agresivo. Esto no podrá suceder sin experimentar la tristeza, el dolor y el duelo por no haber sido amada ni respetada.

PERSONAS  QUE TIENEN  DIFICULTAD  PARA CONECTAR  CON SU  INSTINTO  AGRESIVO.
En otro contexto están las personas que no hallaron una forma eficaz de contener ni canalizar sus emociones; quedaron presas y atrapadas en la inhibición.
Quedaron inhibidas o confusas e  imposibilitadas así para desarrollar un buen sentido crítico, una buena defensa y el instinto de conservación; siendo, por lo tanto, fácilmente manipulables.
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Para muchas el aprendizaje fue la sumisión. Asimilaron la convicción de que no serían amadas o respetadas si  no  eran suficientemente buenas o adaptadas. Para ser aceptadas, tenían que dar siempre más y esto solamente se logra mediante la inhibición del instinto agresivo. Podríamos, de una manera muy esquemática, dividirlos  en dos grupos:

Las sumisas inhibidas: con vivencia muy temprana del sentimiento de abandono (físico  o  psíquico). En ellas  la necesidad de afecto es tan intensa que supera siempre al impulso agresivo. Esta  agresividad inhibida puede  tomar  entonces la forma de resentimiento difuso y amargura, sentimientos  de  los  que  no  son  conscientes.
Su sentimiento es: si soy agresiv@, pierdo definitivamente la esperanza de tener amor. Por lo tanto no logran desarrollar una sana agresividad. La necesidad y dependencia del/de la otra lo impiden.
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Para desarrollarlo necesitan superar el miedo a la pérdida, a la agresión del/de la otra; vivir el duelo del abandono, y  asumir la posibilidad de encontrarse en su espacio interno y darse a sí mismas lo que no recibieron cuando les correspondía. Necesitan también despertar su impulso agresivo para la defensa y la autoestima.

PERSONAS CON PERCEPCIÓN  DE  SU  AGRESIVIDAD PERO  CON  UN  GRAN  BLOQUEO  PARA  EXPRESARSE.
.-Las  sumisas  contenidas. En ellas hay presencia contenida y consciente del impulso agresivo. Se someten porque no encuentran canalización posible a la rabia y al enfado. Aunque no son aparentes, estos sentimientos están presentes, aunque vivenciados como “malos” y destructivos. Retenidos en la coraza muscular. Recibieron “amor” a cambio de la sumisión y, con frecuencia, de la humillación. Puesto que los sentimientos agresivos están presentes pero contenidos, el sistema de contención, con cierta frecuencia, puede fallar y esta agresividad surge, a veces, explosivamente; lo que no hace más que aumentar el miedo, el rechazo y la necesidad de represión.
Necesitará por lo tanto familiarizarse con este impulso, explorarlo y permitirse expresarlo en un espacio seguro. También vivir la experiencia de poder pararlo, contenerlo y canalizarlo. Superar el miedo a la agresividad del entorno y a la propia.

No creo que haya posibilidad de relación igualitaria, y por lo tanto cambio en los juegos sociales y domésticos, si no hay  una recuperación, una  familiarización y una  buena canalización del impulso agresivo de cada individuo.

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 POSIBILIDADES DE TRABAJO EN DIAFREO.

Gran parte de las personas que acuden a las sesiones de Diafreo, no tienen una demanda clara en este sentido. Muchas veces se acercan a nuestra terapia para solucionar sus problemas físicos. Una parte de nuestro trabajo consiste en facilitar un proceso que les lleve a relacionar sus tensiones con su vida. Ayudarles a comprender qué está manifestando su cuerpo a través de sus dolencias. Que lo que no puede ser expresado con acciones y palabras es expresado con el cuerpo.
Y, ello pasa por apoyarlos en el proceso de aceptación, familiarización y liberación de la expresión emocional de su cuerpo.
Debido a una visión de tipo conductista del psiquismo o de tipo reaccionario en la educación, existe muchas veces el temor de que así  puedan convertirse en personas agresivas. Sin embargo la realidad es bien otra. Al tener libre esta posibilidad, al  vaciar  el  saco  de  las  antiguas  rabias  retenidas, podrán ser asertivas, expresar sus deseos y necesidades, decir “no” y  defenderse, antes de llegar a situaciones de agresión. Y serán, para su bien, socialmente menos manejables y manipulables.
  
Sin embargo la aproximación hacia los movimientos de expresión emocional del cuerpo debe ser progresiva, hablada con el/la cliente y aceptada por el/ella.
Aquí expongo un trabajo gradual para ayudarles a este fin.   


Expresión emocional del cuerpo o descarga encuadrada. 
Ante todo es importante diferenciar  claramente entre atacar, defenderse y marcar territorio, puesto que según las vivencias que cada un@ haya tenido en su vida con la agresividad aparece muchas veces la confusión entre estas tres acepciones.
Muchas veces  el rechazo  al trabajo con la descarga está motivado por la relación que la persona haya tenido con la violencia y con la repugnancia  a identificarse con ella.
Por eso esta delimitación entre  violencia, defensa y asertividad debe estar bien clara.

Para tener una incidencia en la estructuración del “yo”, estos  movimientos propuestos  deben  tener un  encuadre  claro.
Proponiendo todo el ciclo de la triple función del Yo: reconocer y aceptar los  impulsos del interior (lo que haya surgido), tener en cuenta la realidad exterior (encuadre) y adecuarlos (expresar). 
Cuando proponemos un movimiento de descarga, proponemos en realidad un trabajo que va en dos sentidos:
Hacia el exterior: analizando la actitud corporal y buscando  la forma de transmitir el mensaje de  forma  total. Es decir, transmitir el mismo mensaje  con el movimiento, la mirada, la voz, la  palabra y la actitud corporal. Hacer llegar al /a la otr@, al entorno, un mensaje claro y sin contradicciones.
Hacia el interior: buscando la forma de superar las divisiones internas. Buscando, con  la  ayuda  de  la  inspiración  conectar  con  el  interior  antes  de  expresar  hacia afuera.
Cuando se consigue la participación de todo el ser: voz, mirada y expresión del cuerpo en la misma intensidad y la implicación emocional en la expresión, se facilita la superación de las divisiones internas posibilitando un sentimiento de unidad que es muy importante en el proceso de recuperar la autoestima y la sensación de integridad.

La  comunicación  ambivalente.
Aunque desde la voluntad queremos expresarnos, la división interna (miedos, experiencias negativas de expresión etc...) nos boicotea muchas veces y  este boicot se manifiesta en algún pequeño gesto que divide o anula la expresión.
Detectamos esta pequeña parcela de resistencia  cuando una parte del cuerpo o de la expresión  va en sentido  opuesto al resto del movimiento. Por ejemplo una persona puede  expresar  “no” con la voz, los brazos, la mirada, la palabra y sin embargo, de forma completamente inconsciente,  ladear la cabeza de forma dócil, desmintiendo en realidad el resto del mensaje. O arquear la cabeza hacia atrás, mirando de reojo y quitar así toda la fuerza a la expresión. O salirse del eje, perdiendo así su sensación  interior de fuerza y de ocupar un lugar. O con un tono de voz infantil, hacer perder toda la fuerza y credibilidad a una expresión. Etc...

Socialmente, la comunicación ambivalente es muy común. Nos escudamos en ella para proteger nuestros sentimientos, aunque finalmente el precio es dividirnos y comunicarnos con pocas probabilidades de éxito.
El lenguaje corporal subliminal es muy importante y a la hora de la comunicación actúa probablemente más que el verbal. El entorno, sin saber  conscientemente cómo, recibe el mensaje ambivalente y actúa  en consecuencia. Así nos encontramos que, a pesar de expresar verbalmente, a veces con gran esfuerzo, algún deseo o alguna negación, nos encontramos con la sensación de que  el mensaje no ha sido recibido correctamente. La actitud, la voz o la mirada pueden estar  expresando, a pesar del mensaje verbal,  la sumisión, o el miedo, o la dependencia, o la mansedumbre, o la rabia, anulando nuestro  mensaje en gran parte.
“Me enfadaré si no me respetas” (pero no te enfades: soy inofensiv@)

 Análisis de los movimientos expresivos.-
  
RESPETAR SIEMPRE EL CICLO:
YO    (conectar consigo y con su fuerza mediante la inspiración en el pecho) - AFUERA (todo el aire debe salir con la palabra)
 La expresión debe ser total: 
 Golpe                                               
 Voz
 Mirada
 Mensaje claro                                   

 Eje del cuerpo y de la cabeza

Todo con la misma intensidad.
La conexión con el “yo” y con el propio centro se produce en el momento de la inspiración. Esta debe hacerse en el pecho.
El “afuera” debe coincidir con la espiración y debe salir todo el aire  al mismo tiempo  que la palabra elegida.
El eje debe ser guardado en todo momento. Los pies deben apoyar firmemente en el suelo y las nalgas sin tensión. Esto debe observarse sobre todo en la  posición de pie. No es lo mismo rotar alrededor del eje (permitido)  que desplazarlo.
Si la persona está acostada, debe haber ausencia de lordosis (lo más posible). También en esta posición debe respectarse el eje, sobretodo el de la cabeza. A  ser  posible, hay  que proponer  mantener  los  pliegues  abiertos.
La experiencia vivida de esta forma, o de otra, es completamente diferente.
La posición de la cabeza tiene mucho significado y es importante: no debe estar baja ni levantada y la mirada dirigida  enfrente; nunca hacia arriba ni  baja y debe salir la misma fuerza de la mirada que del gesto y la voz.

A veces el/la terapeuta puede ayudar a mantener el eje sujetando la cabeza.
En las personas poco estructuradas o con miedo, en la posición de pie, se  puede ayudar a conservar el eje y dar una contención  reconfortante colocándonos a su espalda, pasando la mano y el antebrazo, para dar un apoyo, en el esternón.

 

Todos estos requisitos no son gratuitos. Este encuadre  sirve para crear un marco de contención. También para superar la división y la disociación y poder vivir la experiencia de la expresión unitaria  que es la que es realmente estructurante y que conduce  a la estabilidad interior y a la “fuerza tranquila”.

La falta de alguno de estos requisitos  dispersa la energía e impide la experiencia de conectar con la propia fuerza. La experiencia de un movimiento de descarga desde este contacto con un@ mism@ o desde la catarsis o el caos y la desesperación, es completamente diferente.

Movimientos de descarga de menor a mayor implicación.

1ª FASE.-  Descarga simple.
--Permitir, favorecer, ayudar  a la manifestación de la expresión hacia fuera. Se propone dejar salir la tensión. La palabra tensión es muy general y más fácilmente aceptada.
--Aprender a canalizar la Energía o la tensión que se libera en las posturas.
 --Proponer canalizar o expresar mediante: brazos, piernas, voz  sin  palabras
 2ª FASE.- Darse cuenta. Observar. 
--¿Cómo es el movimiento? ¿mecánico? ¿sentido?
--¿Pega realmente con el pie?
--¿Se mete en el significado?
--¿Qué expresa la pierna, el brazo o la voz?
--¿Qué siente esta persona al expresar?

 Si es posible:
--Reflexión sobre su relación con la expresión: expresión sentimientos
   Aquí; y ¿en su vida cotidiana?           
 expresión agresión o enfado manifestarse, dejarse ver
          facilidad                                                              
                 dificultad                                                       
                        explosión incontrolada                                                solamente con la palabra o solamente con la acción
                                                                  
                                                                 
     

EJEMPLOS DE PROPUESTAS POSIBLES.

--Durante las posturas:  muecas, oscilar cabeza.
  golpear con una pierna: ejem. al estirar la otra.patear con       ambas: al estirar brazos.                                                       
             al estirar nuca y, o, mandíbula.
             o ambos a la vez.
        golpear con los brazos: al trabajar otra zona del cuerpo.
                                  con uno solo: al trabajar el otro brazo.
      Voz: propuesta como chimenea para canalizar y             sacar la tensión.

--Si aparecen movimientos espontáneos: hacer espejo: (¿te das cuenta?)
                 proponer continuar, aumentarlo.
                ¿qué expresa? Sentir (no razonar)
                 ir gradualmente a los básicos.
  
3ª FASE.-  Verbalización.

--Verbalizar la vivencia. ¿Qué siente ahora? ¿Qué sentía durante el movimiento?
--Conducción gradual hacia los sentimientos básicos.
--¿Resulta fácil, difícil expresar? ¿y en la vida cotidiana?
--¿Qué tipo de expresión resulta más difícil?.

 4ª FASE.- Movimiento de descarga directo y con palabras.

--Propuesta de manifestar con un movimiento de descarga las emociones que aparecen.
--Más adelante: las emociones que sólo aparecen verbalmente.
--Más adelante: las emociones que no aparecen.
--Si aparece una memoria de inhibición: ¿qué podrías haber hecho entonces? Traer la memoria aquí y ahora. Ahora es diferente. Eres adulto y puedes. (Propuesta de movimiento de descarga.)
 
En los movimientos de descarga hay que cuidar:
--Abrir los ojos. Mirar.
--Cuidar que no pierda la inspiración. Aquí interpretamos la inspiración como conexión con el “yo”. Vigilar la conexión yo (inspir.)----afuera (espir.)
--No permitir hiperventilación.
--No perder contacto con la realidad actual: nosotr@s, espacio, su cuerpo (columna, pies)                                                        
--Proponer una palabra durante el movimiento: a) lo que les resulta fácil
b) lo  espontáneo
c) lo que resulta más difícil
 Verbalización posterior: ¿Qué siente ahora?: movimientos internos sentimiento interior
¿Qué sentía en la descarga?: emoción, imágenes    ¿inhibición?  (¿qué sentimiento detrás de  la inhibición?)
                                  
 Relacionarlo: a) con la sesión. b) Un paso más: con su vida cotidiana.                                                              
                                               
 c) Otro paso: con su pasado.  ¿Qué sucede si expresa en su vida cotidiana? ¿Qué habría sucedido si hubiera expresado en el pasado (infancia)?                                                              
                              
 Cuidar mucho la ausencia de juicio, tanto por parte del terapeuta como por parte del/de la cliente. El juicio es lo opuesto al amor. Impide la comprensión. Siempre hay un por qué aunque no lo comprendamos en este momento (verbalizarlo al/a la cliente).

Cuidar la ausencia de catarsis.
La catarsis implica: tensión generalizada.
                                hiperventilación y, o tetania.
                                expulsión afuera de la emoción.
                                no integración.
                               disociación
                               pérdida del aquí y ahora.

 MOVIMIENTOS EXPRESIVOS Y DE DESCARGA

 Dificultad e implicación progresiva.  

 MUECAS—Movilización coraza cara. Primeros niveles. Exploración sonidos.       

VOZ—Jugar con la voz después de trabajar la garganta. Exploración sonidos.

LENGUA—Sacar la lengua con sonidos.

PATALEO— Hacerse presente.(enfrentar el miedo)
                   Expresarse
                   Protestar  hacia básicos
                   Patear
                   Juego
                  Enfado
                  Alegría
PATALEO AL AIRE--    Juego
                                    Expresarse
                                    Hacerse oír
                                    Manifestarse


PEGAR CON UN SOLO BRAZO--     Manifestarse
    (después de trabajarlo)              Pegar
                                                       Cansancio
                                                       Estar hart@
                                                       Enfado
                                                       Defenderse
                                                       Juego
Probar con mano plana y con puño. Observar que la trayectoria del brazo sea directa.

PEGAR CON LOS DOS BRAZOS—Idem

 PEGAR CON EL PALO--           Inspirar a fondo cada vez
(pegar en  mantas de              Palo vertical sobre la cabeza
rodillas o sentad@s                Palabra sincronizada con golpe
en talones)                             Ojos abiertos


PEGAR CON UNO O DOS CODOS---       Abrirse paso
Acostad@s codos contra las mantas.     Luchar por su espacio
De pie codos hacia atrás.
(¡Cuidado  con  tensar  romboides!)        Defenderse     

En todos ellos, si añadimos voz: más implicación.
Si añadimos palabras: más implicación, más contacto con la realidad. Más estructurante.


GOLPEAR CON LA PELVIS--    Descargar tensión
Acostados golpear el sacro     Echar fuera memorias
contra una manta.                  Autoafirmación
                                                Movilizar Energía en pelvis.
Se puede proponer un golpe en cada espiración o rápido: varios  movimientos en insp. y varios en espir.

MORDEDOR DE GOMA--    Sujetar con las manos y morder moviendo las mandíbulas. Se puede añadir patear con las piernas (baja la E.) y voz.  
                                           
                 
 MOVIMIENTOS DE AUTOAFIRMACIÓN (explorar el miedo)

PATEAR DE PIE—Mirar enfrente
                             Avanzar mandíbula: palabra: yo
                            Vigilar mucho la inspiración.

PUÑETAZOS AL AIRE----Mirar enfrente
                                    Avanzar  la mandíbula.                      Palabra: yo
                                    No perder el eje
                                   Vigilar  el ciclo inspiración-espiración

ANDAR MARCANDO FUERTEMENTE LOS PASOS--  Mirar enfrente, Marcar la inspiración, Avanzar la mandíbula
                                                                                 
   MOVIMIENTOS AGRESIVOS                                         


PATADAS AL SUELO ACOSTAD@S--  No cerrar los ojos
                                                           Sonidos
        Palabras (más implicación, más contacto con la realidad)                                                    
                                                                         
                                                          Vigilar la lordosis.

PATEAR LA MANTA DE PIE--      Mirar enfrente
                                                  No perder el eje
                                                  Palabras
                                                  Sin hiperventilación


PUÑETAZOS DE PIE--      No perder la inspiración
 (al  aire)                          No perder el eje 
                                        Mirar enfrente
                                        Palabra sincronizada con golpe.
                                        Dejar ir todo el brazo desde el omóplato.



PATADAS AL AIRE ACOSTAD@S--       Manta doblada bajo sacro 
Patadas al aire horizontales 
Soltar la cadera, la ingle.
 Palabra sincronizada con patada                                               Cuidar la posición de la cabeza. Es recomendable sujetarla en el eje.
Sujetar  por  turnos una  pierna  sobre  el  pecho, protegiendo   lumbares.
                                                           
                   MALEN CIREROL