EXPRESIÓN EMOCIONAL DEL CUERPO
Catarsis o integración.-
El impulso agresivo tiene mala
prensa.
Raras son las terapias que
trabajan con la expresión emocional del cuerpo y sobre todo con la expresión de
la agresividad.
Las que
lo hacen, al no tener
en cuenta los bloqueos
corporales, al no tener
en cuenta como
las vías de
expresión están cerradas físicamente en las
cadenas de contracción
crónica, empujan
habitualmente a las
personas hacia la catarsis y
la elaboración intelectual.
En muchas terapias la catarsis es
buscada como un fin, como una liberación emocional, tomando como un mal menor
sus efectos colaterales.
Sin embargo la catarsis conlleva
siempre un alto grado de tensión, una contracción extrema de toda
la cadena posterior y
del diafragma. Todo
ello fácilmente detectable
por un/a diafrista por el aumento de la lordosis
lumbar o interescapular, por la extrema contracción de los escalenos y por lo
tanto del diafragma, implicando casi siempre una hiperventilación. Por lo
tanto, esta “liberación emocional”
aparece como consecuencia de
una gran presión y no como resultado de
un trabajo de apertura.
La catarsis suele aparecer al
provocar, en terapia, una situación máxima de estrés. Se busca de esta forma,
desbordar los mecanismos de defensa. Se
provoca una situación
de estrés, la barrera defensiva
es desbordada y la emoción irrumpe al exterior.
Pero, previo a este
desbordamiento, existe el riesgo de que aparezca, y sucede a menudo, como
última defensa posible ante una emoción que la persona no puede asumir ni
integrar, otro tipo de defensa: la disociación.
Como respuesta a la presión
terapéutica la persona, aparentemente, expresa entonces una intensa emoción;
pero está ausente de su cuerpo e incluso desubicada en el espacio.
Esta disociación, que para much@s
es momentánea, para otr@s puede ser peligrosamente duradera. Este peligro será
más o menos grave según sea la estructuración del Yo de la persona. Según sea
su capacidad de estructuración interna, la
precariedad de organización
de sus
mecanismos defensivos y su
posibilidad de reestructuración de las defensas. Algo que
no suele tenerse
en cuenta.
Puesto que
la catarsis es una proyección
hacia afuera de la tensión emocional, sin integración, le sigue,
en consecuencia, una
gran dificultad para integrar el
sentimiento y la vivencia que
ha aparecido. La elaboración
verbal “a posteriori” no es suficiente. Porque la gran tensión
corporal y al aumento de
todos los bloqueos
corporales que implica la
catarsis son provocados por
el sistema defensivo y, por lo
tanto, los circuitos de
la información que provienen
de los sentidos y
de la memoria corporal, han
permanecido cerrados.
Otra vez la elaboración se hará
desde el intelecto, desconectada del flujo de la información corporal. Y los
circuitos de estrés crónico, impresos en el sistema nervioso, continuarán
activos fijados por la tensión muscular.
Además, debido a la sensación de descontrol que
provoca y a la
vivencia del fallo del sistema de defensa, la catarsis, la mayor
parte de las veces, no hace más que aumentar el miedo, y, en muchos casos,
provoca confusión. Y, la reacción puede
ser, en consecuencia, un
reforzamiento del sistema de defensa que es justamente lo opuesto a lo
buscado.
Hay mucha
diferencia entre provocar una
situación de estrés para
inducir una descarga
emocional, o el descubrimiento, después de estirar, abrir y liberar
un bloqueo, de la
emoción que estaba retenida
en él y su
expresión sin cerrar de nuevo
todo el sistema de
defensa.
En este caso la
vivencia emocional queda
integrada y se abre una
nueva salida posible a
este circuito de estés
crónico. Una nueva salida a las inhibiciones establecidas y que con la
repetición irá abriendo nuevas vías de
expresión que estarán cada vez más presentes en la vida cotidiana.
Así pues, al aparecer la catarsis,
la tensión que realmente se descarga corresponde en gran
parte a la carga acumulada en la
situación de estrés inducida mediante la presión del/de la terapeuta o el
grupo. Posiblemente, esta descarga
arrastre también tensiones anteriores correspondientes a alguna
situación que provocó parecidos sentimientos. Sin embargo hay
pocas posibilidades que el
trabajo de integración corporal
se realice en estas
condiciones y, con frecuencia,
quedan grandes tensiones
musculares residuales.
Vemos aparecer, muchas veces, en las sesiones de Diafreo, personas
con contracturas de la cadena posterior,
lumbago, tortícolis etc... a raíz de algún seminario donde se trabaja de esta
forma la descarga emocional.
Visto desde la óptica mezierista y
desde el estudio de la organización del sistema nervioso en las tensiones crónicas, estos métodos
provocan más bien desestructuración interna y aumentan o
trasladan el bloqueo.
La expresión emocional del cuerpo en Diafreo.-
El punto desde el que propongo el
trabajo con la expresión emocional del cuerpo o descarga, es diametralmente
opuesto.
Creo firmemente y la experiencia
así lo demuestra, que si no hay una apertura hacia la aceptación y la expresión
de los sentimientos reprimidos, habrá siempre una parte del ser, en conflicto
consigo misma, o bien amplias zonas de
conciencia desconectadas de la percepción; con toda la problemática que ello
origina en la aprehensión de la realidad y en la expresión y, también, su
posterior cristalización en patologías
diversas.
Sin embargo la conexión y la canalización
hacia la expresión de
estos sentimientos no puede hacerse de cualquier manera, ni a la ligera.
En Diafreo la propuesta de
expresión se hace como consecuencia de la apertura de algún bloqueo o la
relajación de alguna contracción profunda. Por lo tanto no puede jamás
proponerse o mantenerse desde la tensión. Es en encadenamiento a la abertura de
un bloqueo, que buscamos la expresión del sentimiento que estaba encerrado en
él.
Si el estrés
y la tensión
aparecen durante el movimiento
de expresión espontáneo o
propuesto, hay que impedir su
aparición; y si no
es posible, parar el
proceso.
Si
en el curso
de un movimiento
de expresión emocional del
cuerpo surge la tensión, desde los
conocimientos que nos da la
Diafreo ésta puede detectarse fácilmente:
Veremos:
-aumentar o
reproducirse la lordosis,
-hundirse de
nuevo alguna vértebra,
-cerrarse los
pliegues anteriores;
-o bien aumentará la tensión de
la cadena lateral
manifestándose sobre
todo en
la contracción de las nalgas,
el ano y en
los escalenos.
-La caja
torácica se bloqueará
-o
bien aparecerá una
hiperventilación que se apreciará en
el
movimiento
de las primeras
costillas.
-La voz
cambiará y quizás
se vuelva gutural.
Si la emoción se expresa, ha de
ser desde la abertura de los canales. No puede haber aceptación si hay
conflicto interno. Si se produce el
cierre de las vías de información
es que, en el mismo momento de la
expresión, hay activación de la defensa contra lo mismo que se está expresando. No tiene sentido continuar. Hay que
parar e intentar comprender lo que está ocurriendo.
La integración.-
La catarsis, contrariamente a lo
que muchas veces
se cree, es un último mecanismo
de defensa. Encontramos más resistencias en aceptar sentir, vivir y
expresar sin bloqueo, una emoción, que expulsar catárticamente hacia el
exterior la tensión que provoca.
No estamos organizados para ello
y, aunque la experiencia resulta mucho
más constructiva y estructurante, en un
primer momento, la persona se enfrenta a un modo de hacer desconocido y para el cual su sistema
corporal no está regulado. Para ello se
necesita el espejo y la ayuda del/de la terapeuta.
No
obstante, es solamente desde la aceptación, la vivencia sin parcelación,
por lo tanto sin tensión, que la
expresión emocional del cuerpo se vuelve integradora
y estructurante del yo.
Pues, si en las catarsis por
estrés las personas quedan muchas veces con
una sensación de irrealidad, sin estar seguras de haber conectado con un
sentimiento real y profundo, incluso temiendo haberlo provocado o inventado, esto no sucede nunca si la
expresión emocional se produce desde la
abertura y la integración.
Para ello hay que abrir las vías
mediante el trabajo corporal, aceptar sin juicio el sentimiento que aparece y
buscar la expresión desde esta aceptación. Hay que atravesar, también, el viejo
círculo vicioso conocido que llevaría de nuevo al bloqueo o a la división.
Y una base insustituible es que se haya
creado un espacio terapéutico suficientemente bueno: en el que la
persona se sienta en confianza y con libertad para expresar o no, para poder
explorar sus bloqueos y que no se sienta ni
juzgada ni presionada por la necesidad de satisfacer al/a la terapeuta.
Cuando desde el
trabajo corporal aparecen
informaciones, memorias, emociones,
apoyamos a la
persona para que pueda continuar
abriendo, canalizando
respiración y conciencia, habitando la zona, intentando no
recuperar la tensión. Entonces la elaboración
aparecerá por sí
misma.
La función del/de la terapeuta será
de escucha, de apoyo, de
empatía. No de interpretación.
Pues la interpretación sería el significado que nosotr@s damos respecto
a lo que
hemos visto, a lo que ha
pasado. Y lo importante es lo que
siente, lo que piensa
la persona. Su vivencia.
A
lo sumo el/la terapeuta
utilizará la función
de espejo o, algunas
preguntas que sirvan solamente
de cauce para ayudar
a la persona a
encontrar su propia expresión.
Su función será
sobretodo de observación, de apoyo, para
que la persona
pueda aceptar las
informaciones que surjan
sin tensar de
nuevo.
Si
de nuevo se
cerraran las vías corporales, los circuitos
de nuevo se aislarían. Ésta será
muy probablemente la primera
tendencia. El cuerpo tiende a
conservar los mecanismos
que en su
día le fueron
útiles.
Que
tiene integrados como
mecanismos de supervivencia emocional o
física.
Ahí debe estar el/la
terapeuta para sostener esta
apertura. Es tan automático
que surja el
aprendizaje de control de
toda la vida para intentar dominar las emociones cuando surgen, que el primer
instinto será cerrar y
bloquear; algunas veces
conscientemente y otras muchas,
inconscientemente.
En
Diafreo buscamos la
“integración”. Integrar es poder vivir y asumir la
emoción, la memoria, la
sensación corporal que está
apareciendo. Sin cerrar de
nuevo las vías
que se acaban
de abrir.
Poder
dejar surgir sin
cerrar no es automático. Es en este momento
que el/la terapeuta
observa. Observamos las
tensiones que empiezan
a aparecer de
nuevo, habitualmente en el
cuello, en el diafragma,
en los paravertebrales que se
contraen, la respiración que
se va llevando
hacia arriba…
Proponemos integrar
lo que está
sintiendo, en todo el
cuerpo y, o, proponemos un movimiento
de expresión. Mediante los
movimientos de expresión
emocional del cuerpo estaremos facilitando una nueva
respuesta al circuito
habitual automatizado de inhibición.
Circuitos
de Estrés Crónico.- (Ver “La memoria
corporal” de Luz Casasnovas)
El
estrés se manifiesta
en un torrente
de neurotransmisores que se
ponen en marcha
para activar un
sistema de respuesta, una respuesta
eficaz que libere la
tensión, que resuelva el
estrés.
Sin
embargo, muchas veces, en vez
de la respuesta
liberadora, aparece automáticamente, a pesar del
deseo, la inhibición. Y no
hay respuesta.
Aprendemos desde
la infancia, en mayor
o menor grado, según
las exigencias, la inhibición. Se van
estableciendo a lo largo
de la vida
estos circuitos de estrés
sin resolver que
quedan latentes. Y memorizados.
A tal
tipo de estrés, tal
respuesta.
Más
adelante, al encontrarnos en
la vida con
una circunstancia que se parezca, que
tenga alguna relación
con el estrés
crónico aprendido, se despertará
el circuito latente y aparecerá la
respuesta memorizada: inhibición.
Muchas veces a pesar
de nuestra decisión
de actuar, de expresarnos de forma
distinta.
Todos
estos circuitos se
mantienen activos gracias
a tensiones profundas tanto del
sistema muscular esquelético como
del sistema visceral. Zonas de
tensión crónica en
nuestro cuerpo que
mantienen estos circuitos.
Cuando desde la
Diafreo logramos soltar las
tensiones que mantienen
estos circuitos cerrados, es
el momento de
proponer un movimiento
de expresión para dar una
nueva salida, una nueva
posibilidad de respuesta
al circuito cerrado. Expresión que
repetida una y otra
vez estará cada vez
más accesible en nuestra vida
cotidiana.
Para
esto sirven los movimientos
de expresión emocional
del cuerpo. No es
para que nos
volvamos más agresivos, bien al
contrario.
A
medida que podamos
dar una salida, una
canalización a las tensiones acumuladas, vaciando poco a poco
el saco, cada vez nuestras respuestas
serán más ajustadas
a la situación actual.
Nos
volvemos cada vez más asertivos.
Asertividad: (según La
enciclopedia de la
salud.com.)
Habilidad personal de comportamiento que nos permite expresar
opiniones, pensamientos y sentimientos de forma adecuada y en el momento
oportuno, sin faltar ni negar los derechos de las otras personas.
Esta habilidad implica:
1) saber expresar sentimientos y deseos, ya sean positivos o
negativos, de una forma eficaz, sin sentir vergüenza y sin desconsiderar los
derechos del otro; 2) saber defenderse sin agresión ni pasividad, delante las
conductas inapropiadas y poco cooperadoras de los otros.
Son estos circuitos
de inhibición que, muchas
veces nos impiden
ser asertivos, bien sea
por miedo a la agresividad
del otro o
de la nuestra
propia.
Impulso
agresivo: inhibido, canalizado o
reprimido.
El funcionamiento de nuestra sociedad está
basado en la inhibición de la instinto agresivo en el/la niñ@.
En el sentido amplio de la
palabra, la pulsión agresiva se refiere a la posibilidad de acción e
interacción con el exterior. El impulso agresivo engloba también el instinto de
supervivencia, la acción, el deseo y la autoestima. Por lo tanto su
inhibición dirigida al control de la
agresividad provocará dificultades en todos o muchos de sus significados.
Esta inhibición está basada en la pedagogía negra. Concepto
pedagógico que parte de la base de la maldad intrínseca del ser humano y de la
necesidad de reprimirlo mediante la
educación. Aunque este concepto pueda parecer superado en
nuestra sociedad moderna sigue
latente en la mayoría de métodos educativos. (Alice Miller: “Es por tu bien”)
Al contrario
de lo que pudiera parecer, el impulso
agresivo negado o reprimido no
desaparece, sino que es canalizado, controlado o somatizado hacia manifestaciones permitidas por el
entorno. Manifestaciones que muchas
veces acabarán siendo
negativas para la
persona y su relación
con los demás. O bien
será reprimido, generando una
tensión profunda que quizás se
manifestará en un malestar
emocional o en una patología.
El trabajo
con la expresión
emocional del cuerpo
es importante, prácticamente, para
todas las personas. Tanto si su tendencia
es a expresar
de forma impulsiva como
a inhibir su
expresión.
Principales
tendencias.
Es interesante
conocer las diferentes
tendencias, básicamente, para proponer en forma adecuada
la expresión emocional
del cuerpo.
A
grandes rasgos podemos encontrarnos
con:
PERSONAS QUE
APARENTEMENTE CANALIZAN FÁCILMENTE SU
AGRESIVIDAD, AUNQUE DE FORMA
SUTIL Y MÁS
BIEN VERBAL.
Detrás de
las personas manipuladoras y de poder, con frecuencia encontramos infancias en
la que no se conoció otra relación: la
relación perversa del acoso, del chantaje emocional y del poder y la
manipulación. Este tipo de relación implica el/la que está abajo y el/la que
está arriba. El/la que controla y el/la
que es controlad@. El/la que gana o
el/la que pierde. No hay expectativas de igualdad ni de respeto.
En esta
situación el propósito que se genera, es
muchas veces el ardiente deseo de llegar a ser algún día, el/la que controla,
el/la que está arriba; sea al precio que sea.
Y este
precio suele ser la desconexión de los sentimientos. Así se evita la vivencia
de la humillación y del dolor que la negación del ser provoca.
Cerrando el
corazón el/la niñ@ se defiende para no sufrir más. La respuesta directa y
espontánea de defensa ha sido inhibida
mediante la humillación, la creación de confusión y, o, la violencia física o
psíquica. Sin embargo el resentimiento, la rabia no
desparecerán sino que
serán reconducidos hacia comportamientos más
sutiles.
Si un día esta persona quiere recuperar su capacidad de sentir, tendrá que pasar
inevitablemente por recuperar una conexión directa con el instinto agresivo.
Esto no podrá suceder sin experimentar la tristeza, el dolor y el duelo por no
haber sido amada ni respetada.
PERSONAS QUE TIENEN
DIFICULTAD PARA CONECTAR CON SU
INSTINTO AGRESIVO.
En otro
contexto están las personas que no hallaron una forma eficaz de contener ni
canalizar sus emociones; quedaron presas y atrapadas en la inhibición.
Quedaron
inhibidas o confusas e imposibilitadas
así para desarrollar un buen sentido crítico, una buena defensa y el instinto
de conservación; siendo, por lo tanto, fácilmente manipulables.
Para muchas
el aprendizaje fue la sumisión. Asimilaron la convicción de que no serían
amadas o respetadas si no eran suficientemente buenas o adaptadas. Para
ser aceptadas, tenían que dar siempre más y esto solamente se logra mediante la
inhibición del instinto agresivo. Podríamos, de una manera muy esquemática,
dividirlos en dos grupos:
Las
sumisas inhibidas: con vivencia muy temprana del sentimiento de abandono
(físico o psíquico). En ellas la necesidad de afecto es tan intensa que
supera siempre al impulso agresivo. Esta
agresividad inhibida puede tomar entonces la forma de resentimiento difuso y
amargura, sentimientos de los
que no son
conscientes.
Su
sentimiento es: si soy agresiv@, pierdo definitivamente la esperanza de tener
amor. Por lo tanto no logran desarrollar una sana agresividad. La necesidad y
dependencia del/de la otra lo impiden.
.
Para
desarrollarlo necesitan superar el miedo a la pérdida, a la agresión del/de la
otra; vivir el duelo del abandono, y
asumir la posibilidad de encontrarse en su espacio interno y darse a sí
mismas lo que no recibieron cuando les correspondía. Necesitan también
despertar su impulso agresivo para la defensa y la autoestima.
PERSONAS CON
PERCEPCIÓN DE SU
AGRESIVIDAD PERO CON UN
GRAN BLOQUEO PARA
EXPRESARSE.
.-Las sumisas
contenidas. En ellas hay presencia contenida y consciente del impulso
agresivo. Se someten porque no encuentran canalización posible a la rabia y al
enfado. Aunque no son aparentes, estos sentimientos están presentes, aunque
vivenciados como “malos” y destructivos. Retenidos en la coraza muscular.
Recibieron “amor” a cambio de la sumisión y, con frecuencia, de la humillación.
Puesto que los sentimientos agresivos están presentes pero contenidos, el
sistema de contención, con cierta frecuencia, puede fallar y esta agresividad
surge, a veces, explosivamente; lo que no hace más que aumentar el miedo, el
rechazo y la necesidad de represión.
Necesitará
por lo tanto familiarizarse con este impulso, explorarlo y permitirse
expresarlo en un espacio seguro. También vivir la experiencia de poder pararlo,
contenerlo y canalizarlo. Superar el miedo a la agresividad del entorno y a la
propia.
No creo que
haya posibilidad de relación igualitaria, y por lo tanto cambio en los juegos
sociales y domésticos, si no hay una
recuperación, una familiarización y una buena canalización del impulso agresivo de
cada individuo.
POSIBILIDADES DE
TRABAJO EN DIAFREO.
Gran parte de las personas que acuden a las sesiones de
Diafreo, no tienen una demanda clara en este sentido. Muchas veces se acercan a
nuestra terapia para solucionar sus problemas físicos. Una parte de nuestro
trabajo consiste en facilitar un proceso que les lleve a relacionar sus
tensiones con su vida. Ayudarles a comprender qué está manifestando su cuerpo a
través de sus dolencias. Que lo que no puede ser expresado con acciones y
palabras es expresado con el cuerpo.
Y, ello pasa por apoyarlos en el proceso de aceptación,
familiarización y liberación de la expresión emocional de su cuerpo.
Debido a una visión de tipo conductista del psiquismo o de
tipo reaccionario en la educación, existe muchas veces el temor de que así puedan convertirse en personas agresivas. Sin
embargo la realidad es bien otra. Al tener libre esta posibilidad, al vaciar
el saco de las antiguas
rabias retenidas, podrán ser
asertivas, expresar sus deseos y necesidades, decir “no” y defenderse, antes de llegar a situaciones de
agresión. Y serán, para su bien, socialmente menos manejables y manipulables.
Sin embargo la aproximación hacia los movimientos de
expresión emocional del cuerpo debe ser progresiva, hablada con el/la cliente y
aceptada por el/ella.
Aquí expongo un trabajo gradual para ayudarles a este
fin.
Expresión
emocional del cuerpo o descarga encuadrada.
Ante todo es
importante diferenciar claramente entre
atacar, defenderse y marcar territorio, puesto que según las vivencias que cada
un@ haya tenido en su vida con la agresividad aparece muchas veces la confusión
entre estas tres acepciones.
Muchas veces el
rechazo al trabajo con la descarga está
motivado por la relación que la persona haya tenido con la violencia y con la
repugnancia a identificarse con ella.
Por eso esta
delimitación entre violencia, defensa y
asertividad debe estar bien clara.
Para tener una incidencia en la estructuración del “yo”, estos movimientos propuestos deben
tener un encuadre claro.
Proponiendo todo el ciclo de la triple función del Yo: reconocer y
aceptar los impulsos del interior (lo
que haya surgido), tener en cuenta la realidad exterior (encuadre) y adecuarlos
(expresar).
Cuando
proponemos un movimiento de descarga, proponemos en realidad un trabajo que va
en dos sentidos:
Hacia el
exterior: analizando la actitud corporal y buscando la forma de transmitir el mensaje de forma
total. Es decir, transmitir el mismo mensaje con el movimiento, la mirada, la voz, la palabra y la actitud corporal. Hacer llegar
al /a la otr@, al entorno, un mensaje claro y sin contradicciones.
Hacia el
interior: buscando la forma de superar las divisiones internas. Buscando,
con la
ayuda de la
inspiración conectar con
el interior antes
de expresar hacia afuera.
Cuando se
consigue la participación de todo el ser: voz, mirada y expresión del cuerpo en
la misma intensidad y la implicación emocional en la expresión, se facilita la
superación de las divisiones internas posibilitando un sentimiento de unidad
que es muy importante en el proceso de recuperar la autoestima y la sensación
de integridad.
La
comunicación ambivalente.
Aunque desde
la voluntad queremos expresarnos, la división interna (miedos, experiencias
negativas de expresión etc...) nos boicotea muchas veces y este boicot se manifiesta en algún pequeño
gesto que divide o anula la expresión.
Detectamos
esta pequeña parcela de resistencia
cuando una parte del cuerpo o de la expresión va en sentido
opuesto al resto del movimiento. Por ejemplo una persona puede expresar
“no” con la voz, los brazos, la mirada, la palabra y sin embargo, de
forma completamente inconsciente, ladear
la cabeza de forma dócil, desmintiendo en realidad el resto del mensaje. O
arquear la cabeza hacia atrás, mirando de reojo y quitar así toda la fuerza a
la expresión. O salirse del eje, perdiendo así su sensación interior de fuerza y de ocupar un lugar. O
con un tono de voz infantil, hacer perder toda la fuerza y credibilidad a una
expresión. Etc...
Socialmente,
la comunicación ambivalente es muy común. Nos escudamos en ella para proteger
nuestros sentimientos, aunque finalmente el precio es dividirnos y comunicarnos
con pocas probabilidades de éxito.
El lenguaje
corporal subliminal es muy importante y a la hora de la comunicación actúa
probablemente más que el verbal. El entorno, sin saber conscientemente cómo, recibe el mensaje
ambivalente y actúa en consecuencia. Así
nos encontramos que, a pesar de expresar verbalmente, a veces con gran
esfuerzo, algún deseo o alguna negación, nos encontramos con la sensación de
que el mensaje no ha sido recibido
correctamente. La actitud, la voz o la mirada pueden estar expresando, a pesar del mensaje verbal, la sumisión, o el miedo, o la dependencia, o
la mansedumbre, o la rabia, anulando nuestro
mensaje en gran parte.
“Me enfadaré
si no me respetas” (pero no te enfades: soy inofensiv@)
Análisis de los movimientos expresivos.-
RESPETAR SIEMPRE EL CICLO:
YO (conectar consigo y con su fuerza mediante la
inspiración en el pecho) - AFUERA (todo el aire debe salir con la palabra)
La expresión debe ser total:
Golpe
Voz
Mirada
Mensaje claro
Eje del cuerpo y de la cabeza
Todo con la
misma intensidad.
La conexión
con el “yo” y con el propio centro se produce en el momento de la inspiración.
Esta debe hacerse en el pecho.
El “afuera”
debe coincidir con la espiración y debe salir todo el aire al mismo tiempo que la palabra elegida.
El eje debe
ser guardado en todo momento. Los pies deben apoyar firmemente en el suelo y
las nalgas sin tensión. Esto debe observarse sobre todo en la posición de pie. No es lo mismo rotar
alrededor del eje (permitido) que
desplazarlo.
Si la
persona está acostada, debe haber ausencia de lordosis (lo más posible).
También en esta posición debe respectarse el eje, sobretodo el de la cabeza.
A ser
posible, hay que proponer mantener
los pliegues abiertos.
La
experiencia vivida de esta forma, o de otra, es completamente diferente.
La posición de la cabeza tiene mucho significado y es
importante: no debe estar baja ni levantada y la mirada dirigida enfrente; nunca hacia arriba ni baja y debe salir la misma fuerza de la
mirada que del gesto y la voz.
A veces el/la terapeuta puede ayudar a mantener el eje
sujetando la cabeza.
En las personas poco estructuradas o con miedo, en la
posición de pie, se puede ayudar a
conservar el eje y dar una contención
reconfortante colocándonos a su espalda, pasando la mano y el antebrazo,
para dar un apoyo, en el esternón.
Todos estos requisitos no son
gratuitos. Este encuadre sirve para
crear un marco de contención. También para superar la división y la
disociación y poder vivir la experiencia de la expresión unitaria que es la que es realmente estructurante y
que conduce a la estabilidad interior y
a la “fuerza tranquila”.
La falta de
alguno de estos requisitos dispersa la
energía e impide la experiencia de conectar con la propia fuerza. La
experiencia de un movimiento de descarga desde este contacto con un@ mism@ o
desde la catarsis o el caos y la desesperación, es completamente diferente.
Movimientos de descarga de menor a mayor
implicación.
1ª FASE.- Descarga simple.
--Permitir,
favorecer, ayudar a la manifestación de
la expresión hacia fuera. Se propone dejar salir la tensión. La palabra tensión
es muy general y más fácilmente aceptada.
--Aprender a
canalizar la Energía
o la tensión que se libera en las posturas.
--Proponer canalizar o expresar mediante:
brazos, piernas, voz sin palabras
2ª
FASE.- Darse cuenta. Observar.
--¿Cómo es
el movimiento? ¿mecánico? ¿sentido?
--¿Pega
realmente con el pie?
--¿Se mete
en el significado?
--¿Qué
expresa la pierna, el brazo o la voz?
--¿Qué
siente esta persona al expresar?
Si es posible:
--Reflexión
sobre su relación con la expresión: expresión sentimientos
Aquí; y ¿en su vida cotidiana?
expresión agresión o enfado manifestarse, dejarse ver
facilidad
dificultad
explosión incontrolada solamente con la palabra o solamente con la acción
EJEMPLOS DE
PROPUESTAS POSIBLES.
--Durante
las posturas: muecas, oscilar cabeza.
golpear con
una pierna: ejem. al estirar la otra.patear con ambas: al estirar brazos.
al estirar nuca y, o, mandíbula.
o ambos a la vez.
golpear con
los brazos: al trabajar otra zona del cuerpo.
con uno solo:
al trabajar el otro brazo.
Voz:
propuesta como chimenea para canalizar y
sacar
la tensión.
--Si
aparecen movimientos espontáneos: hacer espejo: (¿te das cuenta?)
proponer continuar, aumentarlo.
¿qué
expresa? Sentir (no razonar)
ir gradualmente a los básicos.
3ª FASE.- Verbalización.
--Verbalizar
la vivencia. ¿Qué siente ahora? ¿Qué sentía durante el movimiento?
--Conducción
gradual hacia los sentimientos básicos.
--¿Resulta
fácil, difícil expresar? ¿y en la vida cotidiana?
--¿Qué tipo
de expresión resulta más difícil?.
4ª FASE.- Movimiento
de descarga directo y con palabras.
--Propuesta
de manifestar con un movimiento de descarga las emociones que aparecen.
--Más
adelante: las emociones que sólo aparecen verbalmente.
--Más
adelante: las emociones que no aparecen.
--Si aparece
una memoria de inhibición: ¿qué podrías haber hecho entonces? Traer la memoria aquí y ahora.
Ahora es diferente. Eres adulto y puedes. (Propuesta de movimiento de
descarga.)
En los
movimientos de descarga hay que cuidar:
--Abrir los
ojos. Mirar.
--Cuidar que
no pierda la inspiración. Aquí interpretamos la inspiración como
conexión con el “yo”. Vigilar la conexión yo (inspir.)----afuera (espir.)
--No
permitir hiperventilación.
--No perder
contacto con la realidad actual: nosotr@s, espacio, su cuerpo (columna, pies)
--Proponer
una palabra durante el movimiento: a) lo que les resulta fácil
b) lo espontáneo
c) lo que resulta más difícil
Verbalización
posterior: ¿Qué siente ahora?: movimientos internos sentimiento interior
¿Qué sentía en la descarga?: emoción, imágenes ¿inhibición? (¿qué sentimiento detrás de la inhibición?)
Relacionarlo: a) con la sesión. b) Un paso más: con su vida cotidiana.
c) Otro paso: con su pasado. ¿Qué sucede si expresa en su vida cotidiana? ¿Qué habría sucedido si hubiera expresado en el pasado (infancia)?
Cuidar mucho
la ausencia de juicio, tanto por parte del terapeuta como por parte del/de la
cliente. El juicio es lo opuesto al amor. Impide la comprensión. Siempre hay un
por qué aunque no lo comprendamos en este momento (verbalizarlo al/a la cliente).
Cuidar la
ausencia de catarsis.
La catarsis
implica: tensión generalizada.
hiperventilación y, o
tetania.
expulsión
afuera de la emoción.
no integración.
disociación
pérdida del aquí
y ahora.
MOVIMIENTOS EXPRESIVOS Y DE DESCARGA
Dificultad e implicación progresiva.
MUECAS—Movilización coraza cara. Primeros niveles.
Exploración sonidos.
VOZ—Jugar con la voz después de trabajar la garganta.
Exploración sonidos.
LENGUA—Sacar la lengua con sonidos.
PATALEO— Hacerse presente.(enfrentar el miedo)
Expresarse
Protestar hacia
básicos
Patear
Juego
Enfado
Alegría
PATALEO AL
AIRE-- Juego
Expresarse
Hacerse oír
Manifestarse
PEGAR CON UN
SOLO BRAZO-- Manifestarse
(después de trabajarlo) Pegar
Cansancio
Estar hart@
Enfado
Defenderse
Juego
Probar con
mano plana y con puño. Observar que la trayectoria del brazo sea directa.
PEGAR CON
LOS DOS BRAZOS—Idem
PEGAR CON EL
PALO-- Inspirar a fondo cada
vez
(pegar
en mantas de Palo vertical sobre la cabeza
rodillas o
sentad@s Palabra
sincronizada con golpe
en
talones) Ojos abiertos
PEGAR CON
UNO O DOS CODOS--- Abrirse paso
Acostad@s
codos contra las mantas. Luchar por
su espacio
De pie codos
hacia atrás.
(¡Cuidado con
tensar romboides!) Defenderse
En todos
ellos, si añadimos voz: más implicación.
Si añadimos
palabras: más implicación, más contacto con la realidad. Más estructurante.
GOLPEAR CON LA PELVIS-- Descargar tensión
Acostados
golpear el sacro Echar fuera memorias
contra una
manta. Autoafirmación
Movilizar Energía en pelvis.
Se puede
proponer un golpe en cada espiración o rápido: varios movimientos en insp. y varios en espir.
MORDEDOR DE
GOMA-- Sujetar con las manos y morder
moviendo las mandíbulas. Se puede añadir patear con las piernas (baja la E. ) y voz.
MOVIMIENTOS DE AUTOAFIRMACIÓN
(explorar el miedo)
PATEAR DE
PIE—Mirar enfrente
Avanzar
mandíbula: palabra: yo
Vigilar mucho la
inspiración.
PUÑETAZOS AL
AIRE----Mirar enfrente
Avanzar la mandíbula. Palabra: yo
No perder
el eje
Vigilar el ciclo inspiración-espiración
ANDAR
MARCANDO FUERTEMENTE LOS PASOS-- Mirar
enfrente, Marcar la inspiración, Avanzar la mandíbula
MOVIMIENTOS AGRESIVOS
PATADAS AL
SUELO ACOSTAD@S-- No cerrar los ojos
Sonidos
Palabras (más implicación, más contacto con la realidad)
Vigilar la lordosis.
PATEAR LA MANTA DE PIE-- Mirar enfrente
No perder el eje
Palabras
Sin hiperventilación
PUÑETAZOS DE
PIE-- No perder la inspiración
(al
aire) No
perder el eje
Mirar
enfrente
Palabra
sincronizada con golpe.
Dejar
ir todo el brazo desde el omóplato.
PATADAS AL
AIRE ACOSTAD@S-- Manta doblada bajo
sacro
Soltar la cadera, la ingle.
Palabra sincronizada con patada Cuidar la posición de la cabeza. Es recomendable sujetarla en el eje.
Sujetar por turnos una pierna sobre el pecho, protegiendo lumbares.
MALEN CIREROL