martes, 27 de diciembre de 2016

DIFERENCIAS ENTRE TÉCNICAS RESPIRATORIAS Y RESPIRACIÓN ESPONTÁNEA



DIFERENCIAS ENTRE TÉCNICAS RESPIRATORIAS Y RESPIRACIÓN ESPONTÁNEA. Técnica y método.

La respiración es una función del cuerpo que está gobernada por los dos sistemas nerviosos: el central o periférico cuando utilizamos la voluntad para modificar la respiración y el sistema neurovegetativo que controla nuestra respiración cuando no pensamos en ella.
El sistema nervioso central es el sistema más conocido: consta del cerebro, la médula y los nervios que salen de ella. Es el sistema que utilizamos cuando, por ejemplo, damos una orden para mover un dedo y el dedo se mueve.
Sin embargo, no ocurre lo mismo si damos una orden a nuestros intestinos, porque su funcionamiento depende del sistema neurovegetativo que sigue otra trayectoria. En realidad estos dos sistemas no están totalmente separados y tienen muchos puntos de contacto, sin embargo podemos distinguir  funciones en las que podemos llegar a intervenir con la voluntad que dependen mas bien del sistema nervioso central –SNC- y funciones automáticas en las que no podemos intervenir con la consciencia y que dependen sobretodo del sistema neurovegetativo, -SNV-. Este último está en estrecha relación con el sistema límbico y el tronco cerebral que son las partes del cerebro más antiguas; son las que tenemos en común con los mamíferos y los reptiles. Estas partes del cerebro están relacionadas con el instinto de supervivencia y las emociones. Especialmente uno de sus núcleos, el hipotálamo, que ajusta las condiciones físicas y en primer lugar la respiración, para mantenernos en constante adaptación.
Por lo tanto el instinto de supervivencia y la vida emocional de la persona tienen una gran influencia en el sistema neurovegetativo y en todas sus funciones: movimientos cardíaco, intestinal, visceral… y por consiguiente en la respiración que, al ser una de las funciones más importantes para la supervivencia, está regida por estos dos sistemas.

En consecuencia podemos intervenir en la respiración a partir de los dos sistemas nerviosos. Sin embargo los medios y los resultados serán diferentes. Por eso hemos de distinguir claramente entre una técnica respiratoria y la liberación de la respiración.

Una técnica respiratoria estará siempre dirigida al SNC. Si el diafragma está crispado y no se mueve suficientemente para asegurar una buena ventilación, una técnica respiratoria buscará medios, por ejemplo, utilizando movimientos de presión y depresión en el vientre, para movilizarlo mecánicamente. Estos aprendizajes para mover el diafragma a pesar de su bloqueo son movimientos voluntarios por lo tanto regidos por el SNC. Estas técnicas proporcionan una mayor ventilación pulmonar, una mayor oxigenación celular y por lo tanto son beneficiosas. Sin embargo, respetarán siempre el sistema defensivo del individuo.

Al ser movimientos voluntarios, cuando dejemos de pensar en ellos y ejercitar la técnica, el SNV, que controla la respiración espontánea, tomará el relevo. ¡No podemos quedarnos sin respirar! y, en consecuencia, se reinstaurará el mecanismo respiratorio involuntario relacionado con el inconsciente, con nuestra vida emocional y con  nuestro  sistema defensivo.   
Por lo tanto al estar estresados, angustiados, bloqueamos el diafragma. Este  bloqueo  suele  hacerse  crónico.
Entonces podemos ir a aprender una técnica respiratoria que nos hará sentir mejor y que incrementará por un tiempo nuestra oxigenación. Sin embargo al terminar la clase, puesto que no habremos cambiado las causas que motivan el bloqueo diafragmático, poco a poco recuperaremos la respiración adaptada a nuestro estado emocional, a las memorias guardadas y al mantenimiento de los circuitos de estrés crónico.
Los músculos no actúan independientemente y todo nuestro sistema nervioso y muscular se ha organizado para mantener estos bloqueos. Por lo tanto predominará la función defensiva de nuestro organismo sobre la orden voluntaria que damos. Este es el mecanismo común que utilizamos si, como ocurre en la mayoría de nosotros, hemos tenido que aprender desde pequeños a controlar la expresión de un determinado número de emociones.
Las técnicas respiratorias son beneficiosas puesto que, a pesar del bloqueo defensivo del diafragma permiten una función tan vital como es la oxigenación de las células. Hacer ejercicios respiratorios todos los días beneficia a todas las funciones vitales.

Mecanismos inhibitorios neurovegetativos.
Sin embargo, en Diafreo, nuestra pretensión es lograr que los mecanismos inhibitorios neurovegetativos de la respiración se liberen. Ello es importante en  varios  campos:
para recuperar el equilibrio corporal
para liberar los bloqueos emocionales
y, desde una óptica mezierista, para la estática
Al estirar la musculatura buscando siempre el eje de la columna, no permitiendo ningún bloqueo respiratorio, liberamos los músculos que fijan las costillas, las vértebras y por lo tanto el movimiento respiratorio, cambiando así  la forma que el cuerpo a lo largo de la vida ha ido configurando para adaptarse. Y como la forma condiciona la función irán paralelos los cambios físicos y la recuperación de una respiración más espontánea.
Sin embargo esta liberación debe también incluir otros planos, puesto que tampoco será duradera si no hay a la par un proceso que permita a las causas defensivas, que en su día provocaron el bloqueo, aparecer paulatinamente, ir liberándose y buscar nuevas vías de expresión. Será cuando nuestro cuerpo tenga que retener cada vez menos información, tenga que reprimir cada vez menos expresión, que nuestros músculos  y nuestro Sistema Neurovegetativo  liberarán  la respiración.
El nombre de Diafreo precisamente tiene mucho que ver con la función del Diafragma. Éste, al estar condicionado en su funcionamiento por los dos sistemas nerviosos, funciona como un puente entre el consciente y el inconsciente. Utilizando la voluntad, por lo tanto el SNC, para aprender a abrir de nuevo estas vías, estirando la musculatura profunda que tiene aprisionados los ganglios SNV en los pilares del Diafragma contraídos y crispados,  vamos logrando su desbloqueo,  abriéndose entonces una vía de acceso al inconsciente.
Ello nos puede permitir integrar paulatinamente las emociones y memorias allí retenidas, recuperando una parte de nuestra identidad física y psíquica. Para que, como dice el significado de la palabra Diafreo, el diafragma pueda: “separar dejando pasar”. Siendo   precisamente esa su función: separar tórax y abdomen, consciente e inconsciente. Separarlos en sus funciones, aunque dejando pasar la información.

En Diafreo utilizamos algunos ejercicios respiratorios. Sin embargo podríamos cifrar la diferencia en que estas técnicas no están dirigidas a aprender a respirar, puesto que nacemos sabiendo respirar, sino que su finalidad es soltar el exceso de tensión y flexibilizar los músculos acortados que ligan la caja torácica, para así ir recuperando una facultad que debería ser natural y adaptada  a  cada  situación. Esta es la sutil y gran diferencia.
Muchas técnicas que utilizan la respiración predominantemente ventral se han basado en la observación de la respiración de los bebés sin tener en cuenta que los bebés están en un proceso de maduración de su sistema nervioso y muscular y no pueden ser una referencia para un adulto.
¿Dónde  están situados los pulmones sino en el tórax?
También,  muy  posiblemente, una  de  las  causas  de  su  gran  aceptación sea  el  hecho  de  que  logran  ventilar, en parte, los pulmones sin por ello remover los bloqueos  emocionales. 

El mecanismo fisiológico de la respiración en una respiración de mediana amplitud es el siguiente:
Al abrir las costillas, producida por el descenso del diafragma, se aumenta el volumen de la caja torácica por lo que la presión del aire disminuye y entra aire en los pulmones debido a una ley de física: la tendencia a igualar las presiones del aire entre dos espacios que están comunicados: pulmones y exterior. 
El espacio interno del tórax aumenta su volumen mediante la contracción del diafragma que, en la inspiración, baja el centro frénico y abre las últimas costillas hacia el exterior.
Como cualquier músculo, el diafragma necesita un punto de apoyo para ejercer su acción. Toma este punto de apoyo en la masa abdominal que es comprimida gracias a la acción del músculo transverso que la presiona.
Es decir, en una inspiración fisiológica el segmento de la cintura es comprimido  por  la contracción del transverso, dando así apoyo al diafragma para abrir lateralmente las costillas.
En la espiración todo este mecanismo se suelta. Las costillas bajan. La cúpula del diafragma sube de nuevo liberando  la presión  ejercida sobre  las  vísceras. También libera  esta  presión  la relajación del músculo transverso aunque, si la respiración  ha  sido  de  gran  amplitud, en  último  término, el transverso actúa  para bajar  las  costillas  lateralmente.
Todo  ello permite la acción del músculo Recto Anterior del abdomen. Éste, es el músculo  básicamente  espirador: baja las costillas y el  esternón en la parte anterior del tórax.
Los músculos oblicuos, según lo amplia que haya  sido la inspiración, bajarán la parte lateral de las costillas.
La  subida del  diafragma, aumenta la presión en la caja torácica. El  aire tiene tendencia a salir para equilibrar las presiones entre el interior y el exterior.

La respiración que llamamos Mézières, no es otra que la respiración fisiológica.
Proponemos a la persona empujar el abdomen hacia delante durante la espiración, en los diferentes vientres del músculo recto anterior (en realidad se inhibe la acción de las fibras  contraídas del transverso que le impiden entrar en acción) o en el músculo piramidal, según nos dicte la observación de la respiración.
Esta propuesta no se hace con la finalidad de llevar el aire hacia la pelvis ni de hinchar el vientre, puesto que allí no hay pulmones, sino para inhibir la acción del músculo transverso y recuperar así su función natural.
De  esta  forma se  logra  un desbloqueo de las vértebras lumbares y un aplanamiento del vientre. Se intenta así también inhibir el exceso de contracción de los Oblícuos, y  conseguir que uno de los pocos antagonistas de la cadena posterior, el Recto Anterior, entre en acción.

En Diafreo buscamos la libertad de la respiración puesto que ésta, partiendo de este mecanismo fisiológico de base, debería estar en continuo cambio y adaptarse a cada circunstancia. Por ejemplo no respiramos igual al correr, cuando estamos emocionados, como cuando dormimos o estamos relajados. Lo importante es que la respiración esté libre y pueda adaptarse de la manera mejor para nosotr@s a cada circunstancia.
En Diafreo observamos las posibilidades de cada persona. Nos  fijamos  si se ha producido un bloqueo y de qué manera ello ha perturbado el movimiento natural respiratorio. Este bloqueo se manifestará en la forma adquirida por el tórax.
En un@s, observaremos que la espiración queda bloqueada en el vientre, en otr@s veremos poca capacidad de movimiento en las costillas superiores con una deficiente inspiración. Otr@s, tendrán fijado el movimiento de  las costillas en los costados por  un  exceso  de tono  de  los  Oblícuos, o en la  cifosis  o  lordosis  de un  grupo  de  vértebras incluso, a veces, de  una  sola... y así sucesivamente. En su día estas tensiones crónicas cumplieron la orden dada por el  sistema defensivo de bajar la amplitud respiratoria, de  mantener  inmóvil  un  segmento y esta orden se sigue manteniendo. Cada situación física responde a una situación emocional diferente. La observación y la adaptación sin generalización, a cada persona, es lo que distingue un método de una técnica.

En el momento del nacimiento la primera memoria que se inscribe está completamente ligada a la respiración, y a continuación todo acontecimiento creará una respuesta respiratoria, además de hormonal y musculo-esquelética.
Cristina fue dada por muerta en el momento de su nacimiento: no respiraba, no reaccionaba. Fue dejada a un lado para atender a su madre, hasta que alguien reparó que estaba viva. Hoy en día se desmaya cada vez que una situación emocional, fuerte para ella, se presenta en su vida. A una situación traumática a la cual no sabe enfrentarse, asumir o responder, la respuesta es la misma que se memorizó al nacer.

Los  tres planos.
Al trabajar sobre la respiración tenemos en cuenta tres planos diferentes.
a) Plano de la conciencia mecánica y muscular en el que utilizamos:
-La respiración Mézières para lograr que los piramidales abdominales y el músculo recto anterior entren en acción. Son los únicos músculos, los primeros como tensores de la línea alba y el segundo debido a  sus inserciones en el esternón, la parte ventral de las últimas costillas y el pubis, que bajan la parte anterior de la caja torácica en la espiración.
-Diversas propuestas para lograr la apertura de las costillas bien sea lateralmente, o  anteriormente, en la inspiración.
-El movimiento de las vértebras dorsales, sin excepción, teniendo en cuenta que de ellas salen las costillas, observando si quedan fijadas en cifosis o lordosis.
En la respiración Mézières habrá que observar siempre la correlación  de la parte anterior del cuerpo y la posterior. Así los  cuatro vientres del recto anterior  corresponden  a partes diferentes de la columna lumbar y al sacro y el piramidal ventral, a la 5ª lumbar.

b) El plano de la conciencia energética:
La respiración Mézières favorece la canalización energética a la pelvis o al centro energético Hara, canalización buscada en gran cantidad de técnicas orientales y occidentales de meditación.
-Observando la tendencia de la energía, muy común aunque más predominante en unas personas que en otras, a ir hacia las partes superiores del cuerpo: cabeza, cuello y cintura escapular.
-Aprendiendo a utilizar, mediante la relajación y la visualización, nuestra capacidad para canalizar la energía que mueve la respiración a diversas partes del cuerpo, especialmente a la pelvis, durante la espiración.
 Puesto que  acoger esta energía en la pelvis no se logra con el vientre apretado y las vísceras contraídas, la canalización de esta energía implicará la apertura y relajación de las tensiones musculares profundas y viscerales, lo que de nuevo nos remite al plano mecánico. Las visualizaciones no son nunca meramente mentales

c) Plano emocional:
Puesto que  el diafragma es un puente entre el consciente y el inconsciente, que la respiración es nuestro primer mecanismo defensivo, que la respiración, a un nivel mecánico, es la llave que mueve toda la cadena muscular..., podemos deducir que no habrá liberación de la respiración espontánea sin un trabajo que implique ir sintiendo los significados de estos bloqueos, su implicación en la sesión y en la vida cotidiana e ir buscando nuevas vías de expresión.
En grandes líneas podemos relacionar la inspiración, el movimiento de las costillas altas, con el “Yo estoy”. Ocupar un lugar, hacerse ver, sentir la ubicación en el espacio. Y el exceso, con el  “tener que estar”
La espiración con la  conexión con el “si mismo” la conciencia más profunda del ser. Con la posibilidad de abandonarse, abrir los límites, la conexión con toda energía de vida. La espiración corta o forzada, con la imposibilidad de esta conexión.

d) Plano trascendente:
La respiración es un movimiento simbólico continuo: estoy -  soy, coger-soltar. En casi todos los tipos de meditación se incide sobre la respiración. Según unos u otros mas bien desde la técnica, utilizándola para lograr diferentes objetivos o desde la consciencia en busca de su liberación. Parece muy claro que no hay apertura hacia lo espiritual, hacia otras energías si no es abriendo estos canales. Es una manera de abrir los filtros  subjetivos que producen nuestros bloqueos y que impiden la percepción de la realidad.


MALEN CIREROL

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